Diosa del Agua

Chalchiuhtlicue, «la de la falda de jade», era la diosa del agua, de los lagos, los ríos, los mares y los manantiales. Se le representaba como una mujer. Además, se relacionaba con otras diosas del panteón mexica, como Chicomecóatl, por su capacidad de fecundar la tierra en los ritos agrícolas.

En esta deidad se depositaba el poder de generar tempestades y torbellinos en los cuerpos de agua para hundir navíos y ahogar hombres a su voluntad. “Chalchiuhtlicue tenía un lugar privilegiado entre las deidades mexicas al ser patrona de los bautismos y protectora de los navegantes. 

La diosa del agua merecía el título de madre porque era necesaria para la vida, daba de beber a los seres humanos, limpiaba en la vida cotidiana y durante los ritos de nacimiento y defunción.